Trevélez

Itinerario

Era la excursión clásica de la peña, cuyo recorrido se hacía dos veces a lo largo de la temporada: una vez a comienzos del verano (junio-julio) y otra en invierno (enero-febrero; el comentario de ésta última lo incluimos más adelante, dentro del apartado Travesías invernales). Tanto en una como en otra, el itinerario solía variar entre varias opciones, siendo los recorridos usuales de verano:

  • Charcón –Barranco San Juan – Vereda de la Estrella – Cuesta de los Presidiarios – Cuesta del Calvario – Fuente Fría – Collado de Vacares. A partir de aquí, el grupo se solía dividir en dos, la “primera” y la “tercera división”:
    • “Primera división”: Puntal de Vacares – Puntal del Goterón – Canuto de la Alcazaba – Siete Lagunas – Culo Perro – Trevélez.
    • “Tercera división”: Laguna de Vacares – Vereda de la acequia de Vacares – Junta de los Ríos (Juntillas y río del Puerto de Trevélez; refugio forestal del Horcajo) – Cauce del río Trevélez, hasta el pueblo.
  • Albergue universitario – Posiciones del Veleta. Desde aquí también se solían hacer dos grupos, al igual que en el itinerario anterior:
    • “Primera división”: Veredón – Corrales del Veleta – Veta Grande – Laguna Larga – Crestones de Río Seco – Laguna de la Caldera, donde se solía enlazar con el otro grupo.
    • “Tercera división”: Collado de Capileira – Paso de los Machos – Río Seco – Laguna de la Caldera – Mulhacén (a veces no se subía al Mulhacén, continuando desde el Circo de la Caldera hasta el Chorrillo por la antigua pista de Sierra Nevada/Capileira) – Loma del Mulhacén – El Chorrillo – Trevélez.
  • Jérez del Marquesado (Refugio de Postero Alto) – Loma de Enmedio – Puerto de Trevélez – Borreguiles del Puerto – Horcajo – Río Trevélez.
  • No era inusual hacer también el recorrido al contrario, es decir, salir desde Trevélez y acabar en Güéjar Sierra (ver crónica del diario El Día de Granada).

trevelezTiempo

El tiempo invertido en cada uno de los distintos itinerarios era muy variable pues dependía de factores diversos, como eran elmayor o menor tiempo en las paradas para reponer fuerzas, que un grupo esperase al otro en un determinado punto del trayecto para reunificarse, climatología, etc. No obstante, en circunstancias normales, éste variaba entre las 8 y las 11 horas (ver crónicas).

Comentarios

Tanto si la excursión se hacía en invierno como en verano solía durar dos días: en la de invierno porque se hacía noche en el refugio “Félix Méndez”, de Río Seco, y en la de verano porque se dormía en el mismo pueblo de Trevélez el día de la llegada, para regresar a Granada al día siguiente. En Trevélez había un pequeño hostal (“Camino de la Sierra”, en la calle Ladera, s/n) donde se acostumbraba cenar el día de la llegada y desayunar al siguiente; también disponía de un par de habitaciones donde dormían los más veteranos del grupo (desde luego, a Miguel no había quien le quitase la suya), mientras que el resto se repartían por distintos hostales del pueblo, generalmente el “Hostal Mulhacén”, junto al río. Pedro González, dueño del “Camino de la Sierra”, llegó a mantener una estrecha amistad con los miembros de la peña, la mayoría de los cuales aún recuerdan las exquisitas cenas y los suculentos desayunos que preparaba Teresa, su mujer. Lamentablemente, por razones de edad de sus propietarios, el hostal hace años que cerró.

Crónica de Miguel, sin fecha, escrita a mano al dorso de una papeleta de lotería nacional:

Salida el día 24, sábado, para dormir en Trevélez. Un grupo formado por Pedro, Rocino, Sanjuan, Palacios, Pepe Luís, Hervás y su hijo y el cuñado de Pedro (Felipe) entraron por la vereda de la Estrella, cuesta de los Presidiarios, Vacares, canuto de la Alcazaba, Culo Perro y Trevélez; salida del Charcón a las 7, llegada a Trevélez a las 6 de la tarde. Otro grupo formado por Valladares, M. Serrano y M. Martínez, por el Veleta, Mulhacén y Trevélez por el Chorrillo, bajando por los pinos y vereda Perdida, llegando a Trevélez a las 4 de la tarde. Recorrido clásico de Trevélez, con nuestras copas, cena y vuelta a las copas, para retirarnos a dormir a las 2 de la noche; al día siguiente, domingo, desayuno, para salir a las 10 y media camino de Granada, llegando a las 12 del domingo. (Serrano, desde la Alcazaba se marchó para el Veleta a coger el coche de línea a las 5 de la tarde).

Crónica del diario El Día de Granada, sin fecha:

Marcha de los “Amigos del Purche” a Trevélez. Tuvo una duración de once horas.

Para finalizar los recorridos de alta montaña, el grupo se desplazó el sábado hasta Trevélez para, el domingo de madrugada, salir por la vereda del río de Trevélez hasta la confluencia de los ríos del Puerto y de Lagunillas Juntillas, lugar que da origen al río Trevélez; aquí desayunaron, para emprender la dura subida al Horcajo Alto y, remontando la Cuenca de Vacares, dieron vista a la Laguna.

Alcanzaron la divisoria y bajaron por los Prados de Vacares hasta Fuente Fría, en donde repusieron fuerzas para continuar por la Loma del Calvario, aquí contemplaron un grupo de cabras monteses teniendo como fondo el circo de la Alcazaba, pasaron por la Choza del Tío Papeles hasta el refugio de la Cucaracha, quedando gratamente complacidos del buen estado de conservación, asimismo del ensanche de la vereda de los Presidiarios (desde estas líneas queremos felicitar al organismo que ha realizado tales mejoras). Ya en el puente del Vadillo enlazaron la vereda de la Estrella (lamentablemente deteriorada por el paso de ganados, hecho que dificulta la práctica del montañismo), bajaron hasta el Barranco de San Juan, Charcón y Maitena, hasta Güejar Sierra, finalizando esta dura marcha de 11 horas de duración.

Compusieron el grupo: Miguel Martínez, Antonio Sánchez, Jerónimo Gamero, Antonio Palacios, Manuel J. Pancorbo, Juan de Dios Valladares y la joven promesa del montañismo Nacho Guindo”.

trevelez1(De esta excursión hay también una crónica de Miguel en la que figura la fecha del 6 de septiembre, sin que aparezca el año en cuestión, y el tiempo invertido en la marcha: “Salida de Trevélez a las siete de la mañana; llegada a Güéjar Sierra a las 6 de la tarde”. También anota: “En la laguna de Vacares se bañaron Palacios, Manolo y Nacho”).

Crónica del Secretario de la peña, del día 3 de agosto de 1989:

Los Amigos del Purche en la laguna de Vacares.

Once horas de marcha invirtieron para llegar a Trevélez. Partiendo desde el Barranco de San Juan, subiendo por la vereda de la Estrella y atravesando el puente del Vadillo, emprendieron la subida por la cuesta de los Presidiarios hasta llegar al refugio de la Cucaracha, en donde tomaron alimentos y se refrescaron en la abundante fuente cercana al refugio. Tomaron de nuevo la empinada vereda que conduce a la Choza del Tío Papeles para a continuación atravesar los Prados de Vacares, llegando a la divisoria y teniendo ante sus ojos un verdadero paraíso que, después del duro esfuerzo para subir, constituye el premio con que la naturaleza obsequia al montañero. En las Chorreras de la laguna de Vacares el presidente del Grupo, Miguel Martínez, encabezó el ritual clásico del bautizo de montaña a los montañeros que suben por primera vez a un Pico de más de 3.000 metros. Enhorabuena a José Sanjuan y José Rocino, que fueron bautizados en la hermosa y legendaria laguna de Vacares. A partir de aquí empieza el descenso hacia Trevélez, bajando por la acequia del Horcajo Alto entre una sinfonía de agua y de color pues son innumerables las chorreras procedentes de los ventisqueros que dan origen al río Trevélez. Llegaron hasta la unión del Puerto y tomando la vereda del río llegaron hasta Trevélez.

El anterior domingo se desplazaron hasta los Peñones de San Francisco y bajando por la Hoya de la Mora atravesaron la vertiente del río San Juan, pasando por el cortijo de Hazas Mesa, bajando hasta Maitena y terminando en Güejar Sierra”.

(La anterior crónica fue también publicada en el diario Ideal)

Crónica de Miguel (figura la fecha del 16 y 17 de julio, aunque no figura el año; se trata casi con toda seguridad de 1994 pues está escrita al dorso de una papeleta de lotería de navidad del año 1993):

Charcón – Laguna de la Mosca – Trevélez.

Tiempo bueno. Salida a las 6 de la mañana del Salón en furgoneta hasta el barranco de San Juan. El recorrido fue por la vereda de la Estrella hasta cueva Secreta, donde tomamos alimento para acometer la subida de la laguna de la Mosca por la Majada del Palo; desde este punto se tardó 3,5 horas en llegar a la Mosca, pasando los célebres basares; en la Mosca se almorzó y continuamos camino de Trevélez por el Mirador del Chorrillo, llegando a las 6 de la tarde; después de bañarnos y cenar nos hicimos la ronda de costumbre al bar de la niña (ilegible) del Barrio Alto, donde se gastó el bote de 4000 ptas. que la Peña tenía para esta ocasión.

Pepe Luís (ojo) (no figura ninguna anotación que aclare el sentido de esta llamada), Miguel Serrano, Sanjuan, Miguel Martínez, Pedro Soria, Pepe Serrano, Rocino”.

trevelez2Otra crónica de Miguel en la que tampoco figura el año aunque, por estar a continuación de la anterior y escrita también al dorso de una papeleta de lotería de navidad del año 1993, pudiera tratarse de la excursión de 1995:

Marcha a Trevélez, en tres grupos: 1º) Estrella – Espolón de la Alcazaba; 2º) Vacares – Canuto de la Alcazaba; 3º) Cilindro – Mulhacén – Trevélez.

1º y 2º grupo, salida a las 6 del Salón el sábado por la mañana en furgoneta hasta el barranco San Juan, para tomar la vereda de la Estrella hasta el Vadillo, donde un grupo formado por Hervás, Serrano, M. Serrano, Romero, Osorio e Hijo tomó el camino de Vacares por los Presidiarios, Papeles, Fuente Fría, collado de Vacares, Vacares, Goterón, Canuto de la Alcazaba, Culo Perro, Trevélez, llegando a las 7; anécdota: Romero se marchó por los lagunillos del Goterón y no subió a la Alcazaba por el Canuto y en los Presidiarios no podía subir debido a una congestión nasal, hasta que se recuperó; otro objetivo de este grupo era que M. Serrano no conocía el paso del Canuto y fue bautizado.

El otro grupo continuó camino de Cueva Secreta para subir a la Majada del Palo y coger la cresta del Espolón central de la Alcazaba para coronar, desviándose a la derecha para salvar una pared, llegando a Trevélez a las 6½. Los componentes fueron Compadre, Pedro, Pepe Luís, Rocino y el hijo de Peso.

El grupo 3º salió del Salón a las 7½, hasta el Cilindro, para continuar camino del Mulhacén, pasando Río Seco, laguna de la Caldera, donde desayunamos, para coronar el Mulhacén a las doce; continuamos camino de 7 Lagunas, comiendo en los prados de Chorreras Negras a las dos, continuando el camino de Trevélez, para llegar después de darnos un estupendo baño en la acequia, para llegar a las 5½ a casa Pedro. Componentes: Ríos, Sanjuan, Valladares y Miguel”.

Como ejemplo de la camaradería que siempre reinaba entre los componentes del grupo y el apoyo mutuo que entre ellos se prestaban en caso de apuro (también la ayuda desinteresada que en todo momento está dispuesto a prestar cualquier montañero a quien se le pida), valga la siguiente crónica de Juan Valladares (tampoco lleva fecha, pero corresponde al año 1997):

Aquella travesía a Trevélez (por la Loma del Calvario, Vacares, Horcajo Alto y río de Trevélez), estando cerca de Fuente Fría nuestro amigo Clemente sufrió una descompensación de azúcar, unida al mal de altura (en definitiva, una “pájara”); se vino abajo de tal manera que no podía seguir. Empezamos a organizar que Miguel bajara a Trevélez y yo me quedara con Clemente hasta que el primero subiera con algún medio con el que poder bajarlo. Estábamos preparándonos para ello, buscando el mejor sitio para organizar un refugio hasta que Miguel regresara, quedándonos con todo el alimento y el agua que él llevaba por si teníamos que hacer noche allí. Cuando de pronto observamos a lo lejos que subía una reata de caballos, que resultó ser una excursión para turistas que subían desde Trevélez hasta la laguna de Vacares. Bajé a su encuentro, le expliqué al guía lo que nos ocurría y en seguida se ofreció para bajarnos con los caballos. Subí hasta donde estaba Clemente y le dije que se preparase pues acababa de ascenderle a Capitán de Caballería. Cuando empezamos a bajar comenzó a recuperarse y no habíamos llegado a descender 500 metros cuando se recuperó del todo, bajando ya sin problemas”.

trevelez3Anécdota

Una noche en una cama celestial:

Una de las excursiones en que el domingo de amanecida se partía de Trevélez para terminar en Güéjar Sierra, la noche del sábado en que se durmió en el pueblo fue protagonista de una de las discusiones más fuertes que llegaron a tener Miguel Martínez y Mavit a lo largo de más de cuarenta años de amistad.

Como era habitual, aquella noche se cenó en “casa Pedro”, donde también dormirían algunos y el resto se repartirían en casa de la hermana de Teresa, quien también alquilaba habitaciones, y algún otro hostal. Después de cenar era costumbre salir a dar una vuelta por el pueblo y tomar unas copas en las que se gastaba el “bote” (como ya dijimos, en las excursiones que se hacían a lo largo del año era corriente que al acabar se tomase un aperitivo en alguno de los bares del pueblo donde acabase la marcha; Juan Valladares, como secretario de la peña, era el encargado de hacer un prorrateo entre los presentes para pagar el importe de lo consumido, prorrateo que siempre redondeaba y el poco sobrante, que se conocía como el “bote”, lo guardaba para gastarlo en Trevélez). Pues bien, aquella noche había casi 2.000 pesetas de bote que se gastaron en varios “cubatas” con “soplillos”, que a Mavit parece le hicieron efecto y se puso alegre. Terminada la ronda, el grupo regresó a casa Pedro, donde se habían quedado todos los macutos, para recoger cada cual el suyo y repartirse por los distintos alojamientos; al llegar al hostal, Mavit se fue directo a la habitación que había al lado de donde se encontraba el pequeño bar, encontrándose la mochila de Miguel encima de la cama; como solamente había dos habitaciones, dijo que él no se subía al “palomar”, que era el otro dormitorio situado en el piso superior de la casa y al que se subía por unos estrechos escalones de yeso y madera. Y allí se armó la marimorena; nunca se vio a Miguel ni a Mavit tan alterados, mucho menos uno con el otro; la que armaron fue gorda. Finalmente Mavit se fue con el resto del grupo a casa de la hermana de Teresa y Juan Valladares se quedó en el “palomar”.

Detalle de una de las paredes del bar “Castellón”, de TrevélezJamás nadie ha podido dormir en una cama mejor: era una cama antigua de hierro con remates dorados, de matrimonio, con un enorme colchón de lana, el mueble de una máquina de coser antigua por mesita de noche y en la pared, encalada de un blanco inmaculado, una gran fotografía de la suegra de Pedro. Al pie de la cama, como alfombra, una piel blanca de cordero, y debajo el orinal. En definitiva, una maravilla; ¡y pensar que ninguno de los dos la quiso!.

Curiosidades

En una ocasión coincidió el grupo en la cumbre del Mulhacén con un muchacho de unos 20 y pocos años de edad, llamado Jose, de Albatera (Alicante), que les preguntó por donde se bajaba al Chorrillo, para ir a Trevélez; le dijeron que ellos iban hacia allí, invitándolo a que los acompañase, haciendo el resto de la excursión con el grupo y estando con ellos hasta el día siguiente. Según contó, había llegado el día anterior en moto desde Albatera y, dejándola en Trevélez, sin conocer veredas ni caminos, ni la orografía del terreno, sin equipo ni tienda de campaña, sin siquiera comida, ni mochila ni ropa de abrigo, había subido la misma tarde de su llegada camino del Mulhacén y había dormido en Siete Lagunas, donde le cogió la noche, acurrucado contra una roca, sin tener idea de donde se encontraba (todavía sigue habiendo locos por el mundo).