Alfacar-Lancha del Genil

Aproximación y regreso

Salida desde la fuente de las Batallas en taxis, hasta la Fuente Grande de Alfacar, donde daba comienzo la excursión, para acabar en Cenes o Lancha.

Itinerario

Fuente Grande de Alfacar – Carretera de la Alfaguara – Fuente de la Teja – Nacimiento del río Darro – Huétor Santillán – Cortijo de Cortes – Río Darro – Arquillos de Cenes – Lancha del Genil.

Tiempo

4 horas

alfacarComentario

Esta excursión, junto con la de las Mimbres/Lancha, eran las dos en que durante más trayecto se solía correr de todas las que se hacían por la baja montaña, por discurrir todo él por terreno favorable para esta práctica. Se empezaba a correr desde que se coronaba la subida que desde Fuente Grande conduce hasta la entrada al Campamento de la Alfaguara y ya no se dejaba de correr hasta Jesús del Valle, salvo para el pequeño descanso que para reponer fuerzas se hacía en el nacimiento del Darro.

Crónica de Miguel del día 12 de abril de 1987:

“Marcha al corazón de la Alfaguara-Lancha de Cenes.

Tiempo bueno.
Componentes de la marcha: Antonio Sánchez, Nacho Guindo, Juani López, Jerónimo Camero, Miguel Martínez, Miguel Mavit, Vicente Vidal, Mari Carmen, Antonio Palacios, José Serrano, Juan Valladares, Juan Anguita, Miguel Martínez, Manuel Osorio, Rafael Garrido.
Salida a las 8½ de Puerta Real en taxis (hubieron de utilizarse al menos cuatro). Llegada a la 1 a la L. de Cenes.
Anécdota: Mavit y Nacho se pierden antes de llegar al Nacimiento de Huétor (se refiere al que se conoce como nacimiento del río Darro), para llegar los últimos a la Lancha de Cenes. Mari Carmen se portó como una jabata”.

Para saber

La Fuente Grande de Alfacar era conocida en época musulmana como Aynadamar o “Fuente de las Lágrimas”, nombre con el que se conocía tanto el lugar donde brotaba el agua como la acequia que la transportaba hasta Granada. Se trata de un nacimiento que brota a los pies de la Sierra de la Alfaguara, de donde parte una acequia que tras recorrer unos diez kilómetros lleva el agua hasta el Albaicín, llenando primero sus aljibes y la sobrante para consumo de algunos cármenes que por distintas causas particulares tenían derecho a ella.

Su construcción debió de estar relacionada con el establecimiento de los zirís en Granada a comienzos del siglo XI y la necesidad de abastecer del líquido elemento a la alcazaba Cadima.

Algo extraño tras el nacimiento de la acequia es que su agua no beneficia a la población de Alfacar sino a la de Víznar y a todas aquellas alquerías por donde pasaba en su recorrido hacia el Albaicín.